viernes, 8 de febrero de 2013

Huelga General masiva en Tunez


Luto nacional y huelga general en Túnez por el asesinato del líder opositor Chokri Belaid


Túnez vive este viernes su primera huelga general en 35 años. El principal sindicato del país, la Unión General de Trabajadores (UGTT), ha convocado el paro junto al luto nacional por la muerte del dirigente de izquierda Chokri Belaid, asesinado a tiros cuando salía de su casa el pasado miércoles. El partido islamista en el gobierno, Ennahda, se encuentra de esta forma con una nueva ola de movilizaciones en las calles, ahondando la fractura con las fuerzas políticas laicas y las organizaciones de los trabajadores, que ni siquiera en la revolución de 2011 que acabó con el mandado de Ben Ali llegaron a convocar un paro nacional como el de hoy.
Pese al día frío y lluvioso, más de 3.000 personas se han reunido en el exterior cementerio El Yelez de la capital, Túnez, donde yacía el cuerpo de Belaid antes del comienzo de los funerales. "Belaid, descansa en paz, continuaremos con la lucha", cantaban los manifestantes. También entonaron lemas contra el líder del partido gubernamental Ennahda, Rachid Ghannouchi, al que calificaron de "asesino y criminal". "Túnez es libre, fuera el terrorismo", gritaban. Finalmente, ha terminado con cargas policiales en las que los agentes han lanzado gases lacrimógenos a la entrada del cementerio.
La decisión de la convocatoria de la huelga se tomó el jueves durante una reunión extraordinaria de carácter urgente para hoy, que también se celebraba el funeral de Belaid, líder del Movimiento Patriótico Democrático Unificado, fuerza marxista y panárabe que forma parte del Frente Popular.  
Cientos de policías antidisturbios se han desplegado en la principal arteria de la capital, la Avenida Habib Burguiba Avenue, uno de los principales escenarios de las protestas antigubernamentales. Bancos, fábricas y comercios han cerrado en respuesta a la convocatoria de huelga, aunque los autobuses circulan normalmente. La compañía aérea Tunis Air ha suspendido todos los vuelos previstos para este viernes, pero la huelga no ha afectado a los del resto de empresas, según ha informado un portavoz de la autoridad aeroportuaria.
La Policía tuvo que lanzar el jueves gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantesque se concentraban frente al Ministerio del Interior en la capital. Asimismo, cientos de personas asaltaron y saqueado una comisaría de Policía de la capital de Túnez. Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, irrumpieron en las instalaciones y lograron sacar mobiliario, equipos e incluso archivo. En otro incidente, la sede regional del partido islamista Ennahda, al que la oposición ha acusado de estar detrás de la muerte de Belaid por sus críticas a la formación, en la localidad de Siliana ha sido incendiada.
Belaid había encabezado en los últimos meses una campaña de denuncias contra la presunta complicidad de Ennahda y las Ligas de Defensa de la Revolución, que algunos opositores describen como el brazo armado del movimiento islamista. Días antes de su asesinato, proporcionó una lista de presuntos miembros de Ennahda involucrados en el ataque contra un acto del Frente Popular en la localidad de Le Kef. Asimismo, acusó al Ejecutivo tunecino deconnivencia con los episodios de violencia política en el país.
Por su parte, Ennhada rechazó este jueves la decisión del primer ministro, Hamadi Jebali, dedisolver el gobierno y nombrar un ejecutivo de tecnócratas. Jebali realizó su anuncio a última hora del miércoles y aseguró que los nuevos ministros no participarán en las próximas elecciones, que se deberán celebrar cuanto antes. Sin embargo, el vicepresidente de Ennahda, Abdelhamid Jelassi, ha querido dejar claro que el primer ministro no ha consultado sus planes con la formación islamista, que no comparte su decisión.
El presidente del país, Moncef Marzuki, perteneciente al Congreso para la República, un partido político laico y de centro-izquierda, admitió que existe en su país el riesgo de que haya una "contrarrevolución", y ha asegurado que intentarán evitarla de la misma manera con la que hicieron la revolución hace dos años, con medios pacíficos. Y esto supondría un "peligro" para Túnez, puesto que estaría siendo impulsada por gente que se benefició con el régimen de Ben Ali.
"Toda esta gente no está feliz con nuestra revolución. Hay una ley no escrita que dice que cuando hay revolución tiene que haber contrarrevolución. Hemos decidido tratarla de la misma manera que tratamos la revolución, de forma pacífica", ha sentenciado. Y es que para el presidente tunecino el principal problema del país es "el salafismo yihadista, el terrorismo armado con o sin ideología islamista", un fenómeno que combatirán, según ha precisado, con medios culturales, económicos, sociales y de seguridad.


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