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PAN Y CIRCO

    

 Hace unos días pudimos comprobar de nuevo el adormecimiento social imperante en la juventud de este país. Mientras la población sufre problemas como las cifras desorbitadas del paro, recortes en educación, recortes en sanidad, recortes en desarrollo e investigación, fraude fiscal, corrupción, burbuja inmobiliaria, el conflicto con el impuesto IBI de la Iglesia, el rescate europeo, el conflicto de la minería asturiana, o más recientemente, el incendio que asola Valencia y que ya se ha cobrado el primer muerto, millones de personas se enorgullecían de ser españoles y se identificaban con unos héroes que de héroes tienen más bien poco. 

Mientras los mineros defienden sus puestos de trabajo frente a los recortes que sufre el sector minero a pesar de la enorme censura en medios de comunicación, y mientras cientos de bomberos intentan sofocar el peor incendio de Valencia en décadas, los héroes de la Roja recibirán sueldos de hasta 300.000 euros con la posibilidad de no tributar en este país, por haber ganado la Eurocopa de fútbol.

La casta política ha tenido la suerte, no sólo de que ``La Roja´´ ocupe un buen lugar en la Eurocopa, sino de que además la gane. Mucho más útil que manipular, e incluso omitir información a los ciudadanos, es que sean éstos mismos quienes se olviden por completo de todo aquello que tenga que ver con problemas, y que sean éstos mismos quienes reclamen que las noticias televisadas así como los periódicos ocupen sus portadas y sus principales páginas a hablar sobre cómo nuestros ``héroes´´ han triunfado en Europa. 

Pero no solamente es la casta política quien aprovecha el triunfo y la celebración de la selección española. La ultraderecha se mezcla entre la multitud y sus esbirros campan a sus anchas, exentos de cualquier represalia cuando lucen y ondean sus banderas. Desde esvásticas hasta águilas imperiales propios de la dictadura franquista, parece ser que sus lemas y consignas son más adecuados y no levantan tanta polémica como las de cualquier manifestación en la que se defienden derechos. Estos actos y celebraciones que callan conciencias con frases tan simples como ``yo soy español, español, español´´, consiguen anular el propio juicio y la conciencia, encontrándonos precisamente donde pretende el poder. Esa práctica de proveer a la población de Pan y Circo siempre les ha funcionado bien.